¡Hola a todos!
Soy Paco, de Coche Pro. Os traigo mi historia/presentación oficial para que podáis conocerme mejor a través de mi relación con los coches. Si, de esas de sentarse en mis rodillas y comerse un par de «Werthers original» jejeje.
Nos remontamos a enero del año 2000, yo era un chaval con el carnet recién sacado. Estudiaba automoción y llevaba ya unos años hojeando revistas del motor.
Los inicios de mi relación con los coches
Al fin llegó el momento en el que mis padres decidieron dejarme su Renault Clio gris plata con un justísimo motor 1.2 gasolina que rendía nada más y nada menos que 55 magníficos caballos. Era el que usaba mi madre de L-V para ir a trabajar y aún recuerdo esos viernes por la tarde cuando estaba yo esperando como un pointer en la puerta de casa a que mi madre volviera del trabajo ya que solo podía usarlo durante los fines de semana o festivos.
Tras pasar la prueba de fuego (1 año) y demostrar en casa que quería y cuidaba a ese coche más que a mi vida, decidieron regalármelo. Estaba claro que mi relación con los coches iba más allá de «lo normal». Le cayeron varias chuches como una suspensión deportiva y muelles, llantas de 14″ (llevaba 13” de origen) y un escape algo ilegal, pero que sonaba como si fuera un auténtico Williams. De hecho, cada vez que aceleraba fuerte en segunda, se vislumbraba en el salpicadero la chapita con el número de serie limitada jajajaja.
Mi primer coche nuevo.
Con el viví mil y una historias, pero pasaré a hablaros de su sucesor; Seat Cordoba sport 110cv TDI. El primer coche que me compré con mi sueldo.
Corría el 2003 y lo compré nuevo a estrenar justo antes de que cambiaran de modelo, ya que desaparecían las 3 puertas en el modelo. Yo quería comprarlo en negro, pero el amarillo me conquistó. Iba a ser visto hasta en la más absoluta oscuridad, y eso, a esa edad, sumaba demasiados puntos como para decir que no.
Viajé por gran parte de España con él, conocí lugares increíbles y disfruté cada km de las carreteras de nuestra geografía que recorrí ya que su motor ofrecía unas muy buenas prestaciones y un consumo de risa.
Ese coche transmitía sensaciones de verdad, le plantaba cara a muchos de la época (“Astras, Focus y Meganes” entre otros) y me sentía poderoso al volante quizás por una mejora casera que constaba de un sistema que puenteaba los cables de la U.C a la bomba y le daba más caudal. Lo llevé al CDV de Getafe para saber que potencia ofrecía a la rueda y el resultado fueron 139cv. Ni siquiera un Golf V TDI 140cv podía con mi peso potencia.
Mi primera compra emocional
Todo era felicidad y de repente se cruzó en mi camino un maravilloso VW Corrado color blanco del 92. Señor mayor, siempre en garaje, libro sellado con sus mantenimientos en servicio oficial, solo usado en carretera a velocidades legales, etc… pero… en esta ocasión era cierto!! No pude dejarlo escapar con sus 12 años y 62.000kms en perfecto estado de serie y conservación, así que vendí mi querido Cordoba y disfruté de esta belleza icónica de VW durante unos 2 años, forjando a fuego mi relación con los coches. ¡Mi primer “tuerce-cuellos” y no era amarillo!
Esta unidad era algo peculiar, montaba un motor 2.0 de 140cv catalizado y con inyección mecánica. No andaba nada mal, aunque tenías que subirlo bastante de vueltas y yo estaba muy mal acostumbrado a mi Cordoba TDI, en el que la potencia estaba presente desde bajas RPM.
Llega el 2005 y me independizo. ¡Un pisito en Madrid para mí solo, oh yeah!, peeero sin garaje… no podía permitírmelo y el Corrado no podía quedarse en la calle. Gastaba demasiado combustible para mi economía de esa época… así que empecé a buscar activamente otro coche que no llamara tanto la atención, con un consumo más ajustado, pero que tuviera ese «algo» especial.
Apareció por arte de magia un bonito Golf IV 115cv TDI 4Motion y 3 puertas.
¡Color plata que evocaba al Renault Clio de mi madre! Era perfecto para mí en ese momento, así que… ¡zasca! Le puse look GTI, incluyendo las míticas BBS de 16″ y lo disfruté unos añitos hasta que volvió a ocurrir algo…
Presentación oficial del VW Scirocco en España. Sevilla, coches de caballos, vino fino y jamoncito… Nos llevaron al circuito de Monte Blanco en Huelva, donde tuve la oportunidad de pilotarlo. Llevarlo al máximo dentro de mis límites y asesorado por pilotos expertos que me hacían ir a tope una y otra vez, en cada curva, en cada cambio de marcha… Me enamoré y una vez en Madrid, volví a caer en la compra de un vehículo nuevo. Mi relación con los coches pasó al siguiente nivel.
Volví a caer en un coche nuevo
Compré mi Scirocco y tras casi 9 meses de espera al fin era mío. Color azul, precioso. Esta vez no tenía que modificar nada, me gustaba tal y como venía de serie. Tan solo me preocupaba de mantenerlo limpio y en perfecto estado de revista (frenos, ruedas, mantenimientos, etc…)
Pasaron unos años y mi afición por los coches parecía perder fuelle. Pensé en comprar un coche más cómodo, para viajar con más espacio y que fuese más útil en el día a día. ¿Qué me estaba pasando? ¿Me estaba haciendo mayor? ¿Se enfriaba mi relación con los coches?.
Siempre me había gustado el Audi Allroad, pero contaba con un presupuesto más ajustado y el VW Golf Alltrack no terminaba de convencerme por su estética, así que me decanté por un Seat Leon Xperience con motor gasolina que cumplía con mis expectativas en el 2016.
En búsqueda de un sueño
Pasaron un par de años y poco a poco, casi sin darme cuenta mi pasión por la automoción volvió a resurgir como si de un ave fénix se tratara. De repente estaba de nuevo curioseando en coches.net, Milanuncios, Autoscout24 y demás páginas del mundillo… ¿que buscaba? Biplazas descapotables. Lo tenía claro, quería «volver al ruedo” por la puerta grande. Mx5, Z3, Z4, 350Z, TT roadster… El Mx5 tenía algo que me gustaba, además de su precio, por lo que me enfoqué en la búsqueda de ese modelo.
Hice algo que marcó un antes y un después en la búsqueda del coche de mis sueños y fue probarlo. Boooom!! ¡La gran decepción! Si, era un coche descapotable y biplaza, pero no me transmitía. Definitivamente no era lo que buscaba y en una de esas charlas mágicas que suelo tener con Suso Corrales, surgió la idea de mirar un Boxster. ¡Todo un Porsche! Es indescriptible todo lo que he vivido en el proceso de búsqueda y compra, pero mi perseverancia y el no rendirme ante las dificultades, hizo que finalmente haya podido cumplir mi sueño.
Aquí esta, es real, #darkimperioso, un precioso Boxster S 986 con la combinación de colores que tantas veces había imaginado. Color negro, elegante, deportivo y un interior en beige/camel que te hace sentir especial cada vez que entras en su cabina. Motor bóxer central 3.2 con 260cv.
Muchas gracias por haber llegado hasta aquí, no voy a enrollarme más. Para eso decidí documentar los que para mí son los momentos importantes en Instagram y YouTube, así que desde aquí os animo a que me sigáis y veáis los videos para que podáis entender mi relación con los coches y sentir mucho mejor el significado que tiene para mí este Boxster, mucho más allá de lo material.
Saludos! Nos vemos en la carretera.